lunes, 13 de julio de 2020

"Black Sails": La leyenda de los piratas



"Black Sails" (creada por Jonathan E. Steinberg y Robert Levine) es una de las mejores series que pueden verse actualmente en Netflix. Es buena empezando por la fotografía, lograda en las costas de Sudáfrica, la sensualidad del paisaje y de los cuerpos y la trama de poder y amor que se da en un pueblo de piratas y contrabandistas que es poco más que un campamento en la playa.

Es una de piratas, sí, pero como si a las historias de piratas les hubiesen sacado lustre.

Para ubicarnos: el relato mezcla ficción e historia. La historia es la de la fugaz "república pirata", cuya vida se extendió desde 1714 a 1720 en el puerto de Nassau, en las Bahamas. La mitad de los personajes que se mueven en este escenario vivieron en verdad, y ellos son: Charles Vane, recordado como el más salvaje y anárquico pirata de Las Bahamas; Benjamin Hornigold, autoerigido comandante del fuerte de Nassau y luego perseguidor de sus ex compañeros de pillajes; el oportunista Jack "Calicó" Rackham y su compañera, Anne Bonney, famosa por su combatividad, superior a la de muchos hombres del Caribe; Ed "Barbanegra" Teach, uno de los mejores y más teatrales capitanes piratas de la época, además de astuto hombre de negocios; Woodes Rogers, gobernador designado de la isla, que impuso su autoridad combinando el asesinato, la tortura y el perdón. No sabemos a ciencia cierta si es histórico el personaje de Eleanor Guthrie, dueña del comercio legal e ilegal en Nassau.

Es cierto, o parece que lo fue, que aquellos granujas practicaban una democracia básica: las decisiones más importantes eran tomadas en asamblea, y la asamblea podía nombrar y destituir a un capitán, por lo cual la línea entre legitimidad y motín se volvía muchas veces difusa.

Ahora bien: la historia principal en esta serie es imaginaria, montada a su vez en un hecho real. Pero es enormemente audaz, en cuanto se erige como "precuela" del clásico de los clásicos en lo que se refiere a la narrativa de piratas: "La isla del tesoro", de Robert Louis Stevenson. El capitán Flint, que en el libro será un terrible fantasma mencionado por los otros personajes, es aquí el perseguidor de un tesoro de millones de libras esterlinas, que terminará enterrado para que los personajes de Stevenson puedan ir por él, décadas más tarde. Ese tesoro existió a su vez: un galeón español tuvo la mala fortuna de encallar en la Florida, su tesoro debió ser desembarcado para salvar el barco, y es mitad fama, mitad leyenda, que gran parte de él lo robaron los piratas en la costa. Nunca, debemos anotar, la piratería del Caribe pudo saquear un galeón español en el mar. Eran inabordables castillos flotantes de doscientos cañones a los que jamás hubiese llegado a amedrentar, y mucho menos a herir, un velero pirata. Los piratas saquearon el tráfico local y muchas veces los pueblos costeros, incluso las ciudades, en el siglo anterior. El cañoneo feroz sobre Charles Town en Carolina del Sur, que se muestra en la serie, fue real.

John "Long" Silver, el pirata de la pata de palo, el "capitán" Bones, Israel Hand, Ben Gunn, personajes todos de Stevenson, son aquí jóvenes, y de un modo o el otro participan de la obsesión de Flint. Casi se podría decir: esta es la historia de la relación -compleja y fuerte- entre Flint y Silver. En la novela, el pirata por antonomasia, el jubilado "capitán" Silver, procede del modo que las tripulaciones le recriminaban a Flint: sus objetivos están por encima de las personas, no importa cuántas caigan. Y la misma trampa del afecto, que en estas deplorables condiciones se forja a contrapelo, es la que acecha a Flint en la serie y a Silver en la serie y en la novela. La serie continuó (hacia atrás, cronológicamente) el carácter de Silver.

Si alguien quiere salir del clima del policial nórdico a los increíbles colores del paisaje tropical -tan indiferente, por lo demás, para los piratas- se puede adentrar en "Black Sails", donde descubrirá que -diría el investigador Colin Woodard- "siendo tan atractivas como resultan sus leyendas (…) es la auténtica historia de los piratas del mar del Caribe la que nos cautiva sin remedio”. Y es en esta serie donde hay leyenda e historia en proporciones iguales.

El arte rococó y siniestro de la introducción merece atención. Tal vez un premio.

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En la imagen: Jack Rackham, Charles Vane y Anne Bonney, según los creadores de la serie

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