miércoles, 27 de abril de 2022

"Las investigaciones de Lolita Lobosco": Una detective entre hombres muy mediterráneos

 

  

"Las investigaciones de Lolita Lobosco" completa una terna de lo que podríamos llamar "policial mediterráneo italiano", gloriosamente representado por Comisario Montalbano Los bastardos de Pizzofalcone, ambos de la Italia del sur: siciliano y napolitano, respectivamente. Como se recordará, Montalbano fue creado por el mundialmente famoso Andrea Camilleri, de origen siciliano, y en la cima de su popularidad el puerto donde nació Camilleri, Porto Empedocle, fue rebautizado Porto Empedocle Vigata, en honor a la ciudad imaginaria en la que suceden los episodios de las novelas y la serie de Montalbano. Por su parte, "Los bastardos..." se basa en las novelas de Maurizio De Giovanni, que participó activamente de la realización de la serie -como Camilleri en la de su comisario-, sobre todo en lo que se refiere a registrar la belleza compleja, a veces decadente, de Nápoles. Por la misma senda van las investigaciones de Lolita, cuyo nombre o apodo es fácil considerar un homenaje a Vladimir Nabokov.

  Lolita actúa en la capital de la Puglia, una ciudad de atractivo turístico menor frente a las bellezas urbanas y naturales de Italia en general. Para que el corazón de Bari fuera evidente, la acción -basada también en novelas: las de Gabriella Genisi- parte o circula por la pequeña Piazza dell'Odegitria: justo frente a la medieval Basilica Cattedrale di San Sabino -el duomo de Bari- vive Lolita. La primera temporada de la serie consta de cuatro capítulos de alrededor de dos horas. Lolita se desempeña en un medio donde -ella dice- ninguna mujer es notable si no usa corpiños de talla L, como mínimo. Es la jefa de un puñado de hombres, de los cuales uno está enamorado de ella desde la secundaria: es el corazón lógico y culto de la comisaría, bajo su aspecto de hombre civil y común. Lolita deberá lidiar con casos que van desde una denuncia de violación hasta el asesinato de un cocinero cuya muerte estremece a toda la ciudad, pues es el creador de los famosos spaghetti all'assassina.

  En "Lolita..." se acentúan un poco los rasgos de los otros policiales sureños: los toques lindantes con la comedia (Italia parece no haber perdido del todo el buen humor de la posguerra) y la vida sentimental de los protagonistas. Reaparece Lolita en Bari, luego de haber servido en Legnano (Lombardía), y encuentra que el primer caso que debe investigar como subinspectora involucra a su novio de la adolescencia. También encuentra que su padre, un tierno contrabandista fallecido de modo dudoso, es una leyenda en Bari. Al mismo tiempo que quiere echar luz sobre esa muerte, se propone resistir el acoso amable de un periodista, solo porque es 10 años menor que ella, y deshacer despropósitos comerciales de su madre y de su hermana menor. Compartirá los avatares sentimentales y familiares con su mejor amiga, una jueza de instrucción que practica fervorosamente el adulterio, mientras corren ambas por el lungomare (la costanera) de Bari.

  El debut de la serie en Rai 1, en febrero, fue visto por más de 7 millones, según el sitio de Europa Europa, que lanzó la serie al mundo en abril. Una curiosidad: Luisa Ranieri, que interpreta a Lolita, está casada con Luca Zingaretti, el actor que dio imagen al comisario Montalbano. Ella no nació en la Puglia, sino en Nápoles. Zingaretti no nació en Sicilia, sino en Roma. Pero sus personajes representarán para siempre aquellos lugares. 

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Europa Europa/Flow


martes, 19 de abril de 2022

"Leonardo": La verdad inalcanzable

 

Hay algo que se debe decir de entrada: "Leonardo" (2021), en cuya producción intervinieron las empresas oficiales de radio y televisión de Italia, Francia y España, es una historia policial y no una serie histórica, aunque nadie lo diga, empezando por la Wikipedia. Desde el comienzo se plantea la investigación sobre un asesinato en el que Leonardo Da Vinci aparece como ejecutor, o al menos como culpable de no brindar asistencia a la víctima. Una asistencia que podría haberla salvado.

  Los movimientos de Da Vinci por las ciudades del norte de Italia, y principalmente su actuación en Milán, al servicio de Ludovico Sforza -"Ludovico el Moro"- están documentados y los registra la biografía de Da Vinci incluida en "Las vidas de los más excelentes pintores, escultores y arquitectos de Italia", del aretino Giorgio Vasari, publicada en 1550. Da Vinci fue ingeniero y artista del Moro durante 16 años en las dos últimas décadas del siglo XV.  Ese es el anclaje histórico de la serie. Luego, la mayor parte de los personajes son jugados con ciertas licencias imaginativas. Pero hay dos personajes totalmente imaginarios: la víctima del crimen, Caterina da Cremona, y el investigador de la corte milanesa, Stefano Giraldi, admirador del artista-científico y empeñado en probar, contra la voluntad de este, que es inocente.

  Cierto es que a través de la investigación el probable carácter de Da Vinci, pintor, anatomista, físico, biólogo, etc, aparece en grandes rasgos que ahondan el misterio de una personalidad compleja. Leonardo no pinto más que unas 20 obras, y casi todos sus inventos no salieron del estado de diseño. Construyó sí algunos aparatos de guerra y realizó mejoras, proyectos y estudios edilicios para el Moro, para Venecia, para Florencia -cerca de la cual había nacido-, Roma e incluso para los franceses, en cuya corte -la de Francisco I- se refugió los tres últimos años de su vida. Pero casi todos sus aparatos fueron teóricos.

Con todo, Leonardo pintó algunas de las más descollantes obras maestras de un tiempo en el que abundaron los genios. Fue el padre no confesado de Miguel Ángel y el abuelo, por así decirlo, de Rafael. Hay constancia de que en vida se lo consideraba ya un gran maestro, aunque solo hubiera pintado un breve conjunto de lienzos y hubiese terminado un solo mural, "La última cena", que enseguida comenzó a deteriorarse. Da Vinci puso énfasis en dos técnicas fundamentales para la pintura: la sfumatura (el esfumado), acompañada de un uso discreto y muy efectivo del claroscuro, y la ambigüedad. Testimonio de esta última es la archimencionada sonrisa de la Mona Lisa. Su Juan el Bautista, por otra parte, es una especie de pequeño sátiro benévolo que señala el cielo. Pero además de esto, Da Vinci ensayaba técnicas nuevas, y como consecuencia de esta tendencia se perdió en gran parte la coloración original de la cena de Cristo y sus discípulos, pintada en el refectorio de Santa Maria dalle Grazie, de Milán. Da Vinci argumenta en la serie que no sabe pintar al fresco, pero muchos estudiosos de su vida y sus obras han optado por pensar que en realidad no quería hacerlo: cuando se pinta sobre yeso húmedo hay que pintar rápido, y el talante de Da Vinci era meticuloso y reflexivo. Tardaba meses e incluso años en dar por concluida una obra. De modo que pintó con una mezcla de óleos, tempera y yeso que comenzó a desprenderse casi de inmediato. 

  Sobrevive de "La última cena" una impresión de vivacidad que crea el efecto de instantánea, aprovechado más tarde por grandes pintores, entre ellos Diego Velázquez. La obra, como todas las de Da Vinci, se basa en la firme convicción de que el arte y la ciencia dialogan y sus estructuras son las mismas. La visión frontal de Cristo y los apóstoles permite seguir el recorrido del sonido a derecha e izquierda cuando Cristo dice que uno de aquellos lo traicionará esa misma noche. Da Vinci sin duda pensaba que el arte debe imitar la realidad en su profundo misterio, no la simple apariencia. La pintura, la anatomía, la física y la biología en general tendían para él a esa verdad inalcanzable, pero poseían una "percepción cosmológica", una identidad de estructuras que debían reflejarse unas en otras. De este modo, su figura representó a la vez la ciencia y la técnica. A la ciencia, en su hambre de conocimiento nunca satisfecha; a la técnica, en la realización de objetos utilitarios o artísticos, con los conocimientos alcanzados y destinados siempre a ver más allá a través de ellos.

  El logro de la serie es haber convertido la investigación de un crimen imaginario en un arte de pesca en el alma de Leonardo, aunque los resultados -como suele suceder en la ciencia y en el arte- dejen entrever más que revelar la dimensión del alma y de la realidad.

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AMC/Flow


sábado, 9 de abril de 2022

"Los bastardos de Pizzofalcone" II: El policial napolitano casi perfecto



Todo se complica en la comisaria de Pizzofalcone cuando una furibunda explosión en el restaurante Letizia deja heridos a los jefes y detectives, provoca una investigación interna -porque se considera sospechoso que la plana principal comiera en ese sitio en el preciso momento en que alguien puso una bomba- y ocasiona traumas y alteraciones en las conductas -especialmente la del jefe Luigi Palma- y en las relaciones personales. El saldo más grave es que la dueña del restaurante queda en estado de coma y muere una camarera española. Hay otro muerto, que al principio no logran identificar.

  La tercera temporada de "Los bastardos de Pizzofalcone" (2017-2021) está apretadamente tramada. El equipo formado en la primera temporada con agentes desahuciados de una comisaría en los barrios viejos de Nápoles se ha afianzado como uno de los más exitosos en la persecución del crimen gracias a la figura de Giuseppe Loiacono, que de hecho capitanea las investigaciones. Todo hace prever que a estos éxitos se debe la explosión en el restaurante, y la primera sospechosa es la camorra, aunque solo tentativamente: el atentado no lleva su sello, y generalmente la camorra no disimula sus crímenes. La primera investigación se dirige a una antigua fábrica de los tradicionales fuegos artificiales de Nápoles.

  Entretanto, Loiacono convive con la fiscal Laura Piras, aunque la convivencia no es fácil debido a los celos de Laura por las atenciones de Loiacono a su hija adolescente y el inocultable amor de Letizia por el policía. Él es el único que visita en el hospital a la dueña del restaurante, que sigue en estado comatoso buena parte de estos seis capítulos de hora y media (lo cual es propicio para aumentar la incerteza sobre el origen del atentado). En el resto del equipo se produce una súbita modificación cuando el veterano subjefe de la estación, Giorgio Pisanelli, se jubila -su experiencia seguirá siendo aprovechada, sin embargo-, situación que da entrada a la engreída oficial de policía Elsa Martini. Las vidas de la agente Alex di Nardo y de los agentes Francesco Romano y Marco Aragona no tienen menos complicaciones. Y por si fuera poco, el jefe Palma semiabandona sus funciones, bebe de más y acosa obsesivamente a la sargento experta en comunicaciones Ottavia Calabrase, que lo ha dejado con un palmo de narices para dedicarse a reconstruir su familia.

  A pesar de todos estos inconvenientes personales, la investigación central y las laterales, que incluyen desde la camorra a un simple robo a mano armada, siguen. Y sigue la golosa cámara, dirigida en este caso por Monica Vullo, la exploración de calles, casas, mansiones y sobre todo panorámicas de Nápoles, como quiso el creador de las novelas y la serie de los bastardos, Maurizio De Giovanni. Para muchas de las panorámicas, tomadas realmente desde el barrio de Pizzofalcone, sigue funcionando el artilugio de las reuniones del plantel en la terraza de la comisaría. El golfo es el escenario permanente de esos conciliábulos. Pero lejos de mostrar solo externamente los paisajes, la cámara va de afuera hacia adentro y literalmente se mete por las ventanas en los interiores, convirtiendo los escenarios en co-protagonistas.

 Una decepción debía tener esta serie casi perfecta, el gran policial napolitano: el final de la temporada abandona a su personaje en una situación incierta. Varias veces se dijo en este blog que ese tipo de final ha pasado a la historia: no se puede, en el mar del streaming, esperar un año o quizá más para saber si el héroe sobrevivió; otra serie en el medio creará nuevas expectativas. En mi caso tales finales de temporada son particularmente irritantes, a la par que pueriles como recurso de "enganche". Sobre todo cuando la siguiente temporada todavía no fue realizada y corremos el riesgo de que Loiacono quede para siempre ensangrentado y atado a una silla.

  No sabemos a qué se debe que Flow reste temporadas anteriores en los archivos que ofrece. En este caso, la primera no está disponible por este medio. Es bastante desconsiderado para con los clientes, que pagan una suma respetabilísima por la conexión con Flow.

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Europa Europa