lunes, 1 de noviembre de 2021

"The Punisher": Un héroe de nuestro tiempo


 El ex marine vengador llamado The Punisher sería un psicópata si no fuera que es la culpa, paradojalmente, la que lo impulsa a matar. Y esta es la de haber sobrevivido a su familia. Ha tenido cuidado de no matar "inocentes", pero siempre se cometen errores. ¿Cómo se hace para tener simpatía por un personaje que masacra sin piedad, aunque sea a los malos, al punto de convertirse más que en un hábil luchador -aunque tiene las habilidades de lucha de los soldados de elite- en una máquina demoledora, un Tyson, antes que un Mohamed Alí, si se permite la comparación boxística? Ese es el misterio de las historias heroicas, desde el asedio de Troya. Aquiles fue un héroe a pesar de que era sangriento y despiadado, colérico y propenso a desenfundar (la espada, en su caso). Que un héroe mate de manera brutal no le impide mantenerse en su sitial. Es uno de los componentes del mito del héroe y de la identificación del espectador con él. Diría el análisis psicoanalítico que la clave es que el héroe, además de poderoso o genial, es el que permanece en su deseo, más allá del bien y del mal, pero hay miles de villanos que se comportan del mismo modo sin provocar simpatía ni justificación. 

Lo cierto es que "The Punisher" (2017-2019) vuelve a jugar con el mito del hombre que se mantiene en su propósito fuera de la ley humana, aunque marche hacia la ruina. En la galería de personajes de la empresa Marvel Comics, el Punisher pertenece al orden de los héroes humanos, como Daredevil: son hombres sin poderes especiales en una galería de superhéroes. Sacan partido de lo que les ha dado la naturaleza, aunque ningún humano en realidad pueda aspirar a las habilidades del luchador ciego o a la resistencia a los golpes, incluso a los balazos y las cuchilladas, del castigador. El personaje fue creado por Gerry Conway, John Romita y Ross Andru, con la supervisión de Stan Lee, alma de Marvel en su edad dorada, a quien está dedicada la segunda temporada de la serie. En el comic, entre mediados de los setenta y mediados de los noventa, el Punisher tuvo mucho éxito por su extrema violencia, que lo diferenciaba de los otros héroes de Marvel. Apareció como personaje secundario en series animadas de televisión, como "El hombre araña", luego en "Daredevil" y, finalmente, Marvel, en su fructífera relación con Netflix -sus personajes principales tienen series co-producidas con la compañía de streaming- decidió darle vida propia.

El sello de Marvel se ve desde el comienzo: el héroe no suele venir de un ambiente privilegiado. Frank Castle, el marine que se convertirá en vengador, es también Peter Castiglione, un ítalo-norteamericano acostumbrado a trabajar duro. Tal la identidad que asume al comienzo de esta serie, cuando aparece decidido a abandonar al justiciero y convertirse en obrero de la construcción... Pero ahí, desde donde puede a veces mirar la ciudad de Nueva York en plenitud y altura, también está el Mal.

Igual que en otras historias de vengadores, un hecho personal, casi siempre el asesinato de seres queridos, cambia la vida de un honesto en un juego de sangre al borde de la ley. O directamente, del otro lado del borde. El Punisher ofrece esa imagen ambigua a través de las miradas de dos personajes situados del lado claro: Dinah Madani, una agente del Departamento de Seguridad Nacional, que ve en él un colaborador oficioso del sistema -también el único que puede ayudarla a capturar y matar a alguien que casi la mata- y el detective de la policía Brett Mahoney, para quien el héroe es simplemente un delincuente al que quiere ver entre rejas, como a los criminales que masacra.

La segunda temporada de la serie tiene un creciente desarrollo dramático porque ahora el Punisher sabe quién mató a su familia y solo tiene un objetivo: matarlo. El problema es que el matador no es sino un amigo, y además no recuerda su crimen... porque ha sido aporreado cruelmente ya por el vengador. En realidad, este tiene un segundo objetivo: proteger a una adolescente chantajista a quien persiguen desde la mafia rusa hasta una familia política y económicamente poderosa que usa los servicios del pastor asesino John Pilgrim, el que siempre encuentra una cita de la Biblia antes de ordenar una muerte. Las ficciones en los Estados Unidos suelen mostrar la necesidad de sospechar de toda bondad y de toda normalidad. Y sobre todo, de cualquier clase de poder.

The Punisher, aunque tiene una desusada resistencia al dolor y tendencia a una rápida curación de las heridas y magullones, usa un chaleco antibalas que lleva grabada una calavera blanca. Como si supiera que por instinto atávico la imagen atemoriza, y por esa razón puede atraer los disparos, en este caso a la zona más protegida de su cuerpo.

 


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