"Carlo & Malik" (Nero a metà, 2018, RAI) no participa del nordic-noir en casi nada. Tampoco es muy noir. La oscuridad de la gente y sus historias está siempre atravesada por la luz de Roma y el carácter latino.
Carlo Guerrieri es un veterano de la comisaria del rione Monti, en el centro de la vieja Roma, no lejos del Quirinal, el Panteón y el Coliseo. Por casualidad, Carlo se ve envuelto en una persecución en el mercado Esquilino, que deriva en una colaboración obligatoria con un policía de origen marfileño, Malik Soprani, quien -sabremos luego- ha perdido a su madre en el mar cuando viajaban desde Africa en una embarcación precaria. Si algo tiene en común este policial mediterráneo con el nórdico es la presencia de la inmigración, legal o ilegal, del norte de Africa o del Africa sub-sahariana, y de las minorías étnicas, que es el gran desafío de Europa, y en cuyos márgenes el delito prospera -las más de las veces no cometido por los inmigrantes sino por quienes se valen de ellos, como se verá aquí y comos se ve en el nordic-noir.
Carlo -hay que decirlo- es un buen tipo pero tiene prejuicios racistas, aunque está lejos de confesárselos a sí mismo. Le caerá mal Malik "no porque es negro", declara. Y algo de verdad hay en ello: también influye el hecho de que, por otra casualidad, Malik se ha topado literalmente con la hija de Carlo, Alba, joven médica forense que circula en una Vespa, y la mira con indisimulados propósitos. Hay algo que en un padre mediterráneo puede despertarse cuando se topa con un pretendiente de su hija, y ya sabemos qué es. Por otra parte, existe una leyenda según la cual si usted ve pasar a tres mujeres romanas por la calle, la primera será linda, la segunda también y la tercera será deslumbrante. De cada cinco, una sola puede ser fea, y aun así, "interesante", diría Mastroiani. Alba es una de las tres primeras.
Pese a todo, Carlo deberá tener a Malik como ladero. Y llegará a salvarle la vida, incluso, mientras desarrollan la primera investigación que los une, aquella de la persecución del comienzo, cuando un cadáver congelado cayó de un camión frigorífico que huía del mercado Esquilino, dejando este breve e involuntario homenaje al nordic-noir en una calle de Roma.
El esquema ha de ser el de la serie policial clásica: episodios cerrados y una o más historias que los recorren en segundo plano. En este caso, la del misterio de la muerte de la mujer de Carlo y madre de Alba, que él no deja de investigar, las relaciones de Alba, las de Malik y las vidas cotidianas de cada uno de los policías del rione.
Aunque no más sea para alternar sombríos detectives y sombríos bosques nórdicos con gente más parecida a la de acá, y ver de paso el paisaje urbano de Roma en el modo vida diaria, "Carlo & Malik" vale la pena. A mi juicio, además de personajes y paisaje atractivos, que son la clave de un policial, el ritmo es bueno y la trama tensa, pero no tensada. El asunto es más bien la vida cotidiana de una ciudad que nunca envejece del todo y cuyos asuntos contemporáneos corren entre el palacio Domus Aurea, el Mercado de Trajano y la iglesia San Pietro in Vincoli.
Libro: Giampaolo Simi, Vittorino Testa. Dirección: Marco Pontecorvo.
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