A partir de los años setenta comenzó a difundirse la noción de "novela gráfica" en lugar de la clásica denominación de historieta para un relato más o menos extenso narrado con dibujos y textos. Para entonces, las historietas seguían explotando en la ficción los personajes y escenarios de la Segunda Guerra Mundial. Un gran dibujante, Hugo Pratt, creó algunos de los mejores antecedentes de novelas gráficas. Tenía en común con la dupla Alberto Breccia-Héctor Germán Oesterheld un clima logrado por el violento contraste de negro y blanco y el gusto por la novela de peripecias y los demás subgéneros de la literatura del siglo XIX. En lo que respecta al dibujo, Breccia, tanto como Pratt, habían visto las posibilidades del estilo sin detalles de Milton Caniff, el creador de "Terry y los piratas". Todos ellos se metieron también con la Segunda Guerra Mundial. Caniff inventó "Male Call", por pedido oficial y con el fin de llevar algo de humor al frente. Oesterheld, célebre por su novela gráfica "El Eternauta", fue el creador de Ernie Pike, el corresponsal de guerra que Pratt y luego Breccia dibujaron basándose en el rostro del propio Oesterheld. Pratt creó "Los escorpiones del desierto". El mar, el Oriente y el norte de Africa, sitios ideales para una narrativa de contrastes plenos, fueron sus paisajes preferidos. ¿A qué voy? A que estos antecedentes aparecerán en la memoria del espectador argentino de más de sesenta años que vea "The Liberator" (2020), serie de animación de cuatro capítulos inspirada en el libro "The Liberator: One World War II Soldier’s 500-Day Odyssey" (2012), del periodista Alex Kershaw, que cuenta la poca conocida actuación del coronel Félix Sparks y los Thunderbird de la 45° División de Infantería, formada por indios -apaches, seminoles, cheroqui, sioux, choctaw-, hijos de mexicanos y sureños blancos, que naturalmente no convivían, pero debieron convertirse en hermanos de guerra y morir juntos. La división actuó heroicamente en la batalla de Anzio, en Italia, luego atravesó Francia y peleó casa por casa en los pueblos y ciudades alemanas. Fue la descubridora involuntaria del campo de concentración de Dachau, cerca de Múnich, y del horror que encerraba. Pero "The Liberator" tiene una novedad: combina el dibujo contrastante y lineal con actuaciones en vivo, de manera que los rostros animados son increíblemente expresivos contra un escenario fantasmal, hecho casi siempre de zonas de color neto, líneas simples y manchas que significan las explosiones.
Fuera de esa estética de recuerdo vivo, de evocación esencial, tenemos una historia singular: la de un héroe cuyo liderazgo se basa en la solidaridad y la presencia. Más emocionante que el descubrimiento de Dachau o el heroísmo de Anzio, resulta el instante brevísimo en que un francotirador alemán alza el caño de su fusil cuando ve al coronel Sparks llevarse uno por uno los cuerpos de sus soldados caídos en una emboscada, cargándolos sobre sus hombros.
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Dirección: Grzegorz Jonkajtys. Guión: Alex Kershaw, Jeb Stuart. Animación: Michal Luka. A+E Studios, School of Humans, Unique Features.
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