viernes, 13 de noviembre de 2020

"Jordskott", primera temporada: Seres del bosque

 


Vamos a decir de entrada que "Jordskott" (2015) se sostiene, arma su intriga y mantiene el interés pese a dos o tres detalles resueltos sin ton ni son. No es fácil trenzar un caso policial que se ramifica en varios más, una historia sobrenatural, cierto realismo de novela negra clásica, una reivindicación ecologista y una línea de telenovela con rencores y secretos familiares que se revelan al final. Todo eso se arma de manera exitosa y tenemos que poner las manos en el fuego especialmente por tres personajes: el inspector de policía Göran Wass (Göran Ragnerstam), el retrasado mental Nicklas Gunnarsson (Henrik Knutsson) y el supermalo Harry Storm, interpretado por el mismo actor -el finlandés Ville Virtanen- que supo crear el atractivo personaje del inspector Sorjonen, en la serie finlandesa del mismo nombre. La cuestión de por sí compleja dio pasto a que los periódicos del mundo, siguiendo una moda insoportablemente clasificatoria, inventaran un lugar entre el nordic noir -que como todo el mundo sabe es un policial con bosques- y un hasta ahora inexistente terror folk. Otros han hablado sin más del "subgénero fantástico-ecológico". Las cosas que hay que leer.

  Muy bien, pero hete aquí que los suecos son realmente oscuros y su otrora potente Estado de bienestar encerraba pesadillas vinculadas con la muerte y el misticismo, tan negras como las de la España oscura de otros tiempos. Solo que no el folk sino las antiguas religiones son las que salen literalmente de abajo de la tierra en esta serie inventada por Henrik Björn. Los cuentos de hadas encarnan aquí -su crueldad incluida- en seres de un pueblo de los bosques, Silverhöjd. Son personas que cualquiera saludaría en la calle: las brujas, los chicos perdidos, los gnomos, el ogro bueno. Visten y calzan como los granjeros y los leñadores, que a su vez visten y calzan como la gente de las ciudades, dada la globalización unificadora impuesta por el jean, la campera y otras prendas deportivas. La serie mostrará, además, tugurios y traspatios tan urbanos como el que más, otro costado no bonito, sino más bien sórdido, del casi extinto Estado de bienestar. Los policías no escapan a esa representación de los mitos lejanos, pero a veces no lo saben. El agente Thomas Leander, convertido en vidente, será prueba de ello. De esta serie sí puede decirse que el bosque es el personaje central.

  La historia se parece a otras, pues comienza con una detective, Eva Thörnbland (Moa Gammel), que regresa a su pueblo natal, con prisa por dar curso al testamento de su padre, quien ha muerto de un tiro en la cabeza, supuestamente por suicidio. Pero se encuentra con que un niño ha desaparecido, como desapareció su hija, siete años antes. Aquí podemos decir que hay una pequeña inconsistencia: ¿en esos siete años se había resignado a darla por perdida? Lo cierto es que se encuentra con ella de buenas primeras en medio de un camino del bosque, y queda envuelta en la investigación de la desaparición del otro niño, que se supone un secuestro. De pronto llueven cadáveres de adultos y la cuestión se hace complicada. Los malos aparecen de entrada: son los miembros del directorio de la fábrica de celulosa de la zona. Tienen una guerra en todo el sentido de la palabra con los ecologistas y con seres más complejos y feroces. 

  Pero, ¿para qué Conan Doyle dedicaría varias páginas iniciales y varios comentarios incidentales a describir el carácter de Sherlock Holmes si la novela policial consistiese solamente en resolver un enigma? Sostenemos que el policial es sobre todo clima y personajes. Una brecha por la que se fuga un poco del interés de "Jordskott" es precisamente la falta de carácter de la protagonista. No podríamos mencionar dos o tres rasgos significativos de la detective Thörnbland, rasgos que a juicio de Robert Louis Stevenson debían ser eso: pocos y significativos, si se trata de poner en marcha un personaje en una aventura. La impenetrable seriedad del detective Wass y su apariencia de cualquier cosa menos de detective equilibra un poco el asunto, sumada a la locura nazi de Storm y la eficaz construcción del gigantón bobo. Claro que, por poco policía que sea un policía, no puede ponerse a hablar por celular cuando solo ha herido al hombre que intentaba asesinarlo... Pero lo dicho: la serie funciona muy bien de todos modos. Su acierto es la presencia natural de lo sobrenatural y el triunfo, al final, de la proverbial sensatez del tonto.

  El título, que resultará ser el nombre de algo, al parecer no tiene traducción. 

Emitida por Film&Arts, disponible en Flow. La segunda temporada, que es de 2017, no llegó todavía. En dos años nos vemos. Perdón: la segunda temporada acaba de llegar. En un año quizá tengamos todos los capítulos disponibles en Flow.


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