lunes, 22 de agosto de 2022

"Sandman": No sólo sueños son

 

Hay razones para que "Sandman" (2022) resulte deleitosa. Como casi todas las series basadas en historietas, la arena del tiempo aludida en el título, extrañamente ligada aquí a la arena del sueño, dispone de la gran libertad de la fantasía, estrictamente regulada, sin embargo.

  La serie se basa en la historieta del estadounidense Neil Gaiman, publicada por Vértigo/DC entre 1989 y 2013. Gaiman es también el autor del libro en este caso. La serie, como la historieta, tiene un gran manejo de los mitos antiguos, y ha decidido que estos mitos habiten con naturalidad dos mundos: el reino propio, que en el caso del protagonista, Morfeo, es el del sueño, y el mundo al que llamamos real, que Gaiman, con sutileza, llama la Vigilia. Esos mundos no tienen muros infranqueables. El de la vigilia puede ser, en este caso, la ciudad de Londres a comienzos del siglo pasado y en la actualidad, pero también Cabo Cañaveral, en la Florida. El reino del Sueño o de la Ensoñación aparece, en los primeros capítulos de la serie, completamente arruinado, ya que Morfeo ha sido capturado en la mansión de un viejo ocultista londinense, Roderick Burgess, para muchos un rostro muy familiar, porque es el del actor y director británico Charles Dance, que trabajó en la insoportable pero popular "Games of Thrones" (2011-2019) y en la tercera "Alien" (1992).

  La captura de Morfeo durante más de un siglo produce en la humanidad "la enfermedad del sueño", que en nuestro mundo (el de la vigilia o la "realidad") se llamó encefalitis letárgica y causó medio millón de muertes entre 1916 y 1927. Morfeo es capturado por Burgess precisamente en 1916. 

  El protagonista de la historia, Dream, Morpheus u Oniro (los Oniros eran hijos de Hipnos, personificación del sueño, y Morfeo uno de ellos), es un frío muchacho pálido, alto, delgado, convencido de su misión que es hacer soñar. Lo interpreta en ese aspecto gélido y a la vez angelical Tom Sturridge. Sus hermanos son el no binario Deseo, gemelo de Desesperación; Delirio y Muerte, del grupo de los Eternos. Por la primera temporada desfilan otros seres mitológicos. Destacan las Benévolas, llamadas así (Euménides) por los griegos, para no decir su nombre, Erinias, que significa furia, quizá las diosas ctónicas (del inframundo) más temidas: Erinias griegas y justamente Furias romanas; Lucifer, un ángel de alas negras con apariencia femenina y algo de camafeo; Caín y Abel que repiten su escena criminal en distintos escenarios, y la encantadora musa Calíope, inspiradora de la épica, que ha sido novia de Morfeo. 

  En el mundo del Sueño Morfeo habita con la bibliotecaria Lucienne, acompañado también por un prudente espantapájaros con cabeza de zapallo, cuya figura evoca a la vez la Noche de Brujas de los Estados Unidos y "El Mago de Oz". No por nada la biblioteca es central en Ensoñación. Algunas pesadillas también viven en el reino, capturadas. Una de ellas escapa a la Vigilia, lo llaman el Corintio y es un criminal. El nexo de Morfeo con sus mundos es el cuervo Matthew, mensajero inspirado en los cuervos del dios nórdico Odín, que iban y venían de un mundo al otro.  

  Gaiman compite nada menos que con Dante Alighieri en reunir en un solo relato mitos paganos y figuras bíblicas. En ese contexto, hay tres momentos a mi juicio notables. La trama -hábil-, si en los primeros capítulos narra la caída y reconstrucción del mundo del Sueño -que implica la recuperación de tres herramientas de Morfeo: yelmo, arena y diamante-, permite luego la inclusión de capítulos cerrados, de los cuales el quinto de la serie es digno de un Brecht moralista: todo ocurre en un típico café estadounidense en el que recala un hijo bastardo de Burgess: el doctor Destino, creación excepcional en la pantalla del actor británico David Thewlis. Destino tiene uno de los elementos de Morfeo: el diamante que promueve la verdad. Obsesionado porque su madre le mintió toda la vida, hasta que cayó en un hospital psiquiátrico del que acaba de escapar, Destino enfoca el diamante hacia la camarera, el cocinero y los habitúes del café, promoviendo el que digan la verdad. El caos que provoca solo se recompone cuando aparece Morfeo y le dice el otro nombre de la mentira. Es una escena eminentemente teatral, de un solo escenario, y un logro artístico.

  El capítulo siguiente es el conmovedor recorrido de Morfeo con su hermana Muerte, a quien acompaña en su tarea diaria. Creo que no puede plantearse cinematográficamente el momento mítico de la llegada de la Muerte con mayor naturalidad y delicadeza que en este episodio de "Sandman".

  Por último, el capítulo 11 traerá a Calíope a la vida de Morfeo por segunda vez. Calíope ha sido capturada por un viejo escritor de éxito que la entrega a un joven escritor exitoso que pasa por un momento de esterilidad literaria. Morfeo tendrá que rescatarla y enterarse entonces de quién es su hijo, un ser mitológico que conocen todos los poetas, especialmente los posrománticos. Pero el capítulo está dividido en dos. Son dos historias. La primera es un dibujo animado dirigido por Hisko Hulsing en el que se revela el sueño de los gatos, otrora dominadores del mundo. El sueño se hará realidad si mil gatos logran ponerse de acuerdo para soñar lo mismo. Sería conveniente que no lo lograran, y también que los humanos dejen de cometer atrocidades contra ellos.

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