sábado, 13 de agosto de 2022

"Bäckström": El detective mediático




Quien decida ver "Bäckström" (2020-2022) debe predisponer su ánimo a adentrarse en un ambiente y, sobre todo, un personaje, muy particulares de la serie negra sueca. Por empezar, el protagonista es distinto -casi la cara opuesta- al Kurt Wallander de Henning Mankell (1948-2015), aunque la productora fundada por el novelista, Yelow Bird, fue una de las que crearon la serie televisiva y la imagen de este policía que no sufre por el mal del mundo ni es aficionado a la ópera, como Wallander. Tampoco es serio, casi melancólico, ni actúa en una ciudad chica, sino en Estocolmo, que mal que le pese al sueño del país perfecto es una capital como cualquier otra, llena no solo de problemas y zancadillas, negocios sucios y pequeñas perrerías, sino también de violencia de diverso género y asesinatos. Para decirlo en pocas palabras, el policía Evert Bäckström, creado por la pluma del criminólogo y escritor de policiales Leif GW Persson, es un truhan que se queda con algún vuelto en los allanamientos, viste discutibles camisas estampadas bajo un traje convencional y concurre a un programa de televisión donde polemiza sobre sus grandes logros -es realmente un fenómeno resolviendo casos delictivos- con algún fiscal que suele poner el dedo en aspectos vidriosos de sus actuaciones. Sobre todo, lo que se refiere a la debida honestidad.

  Evert Bäckström no quiere mucho a la gente, más bien la maltrata, se ama a sí mismo, se considera sin pudor el mejor de todos -se hace llamar The Bulldozer- y goza de tanta popularidad cuanto de recelos y desprecio en la comisaría de un distrito metropolitano situado al norte de Estocolmo. Su compañera novata será blanco preferido de sus dardos. Sólo supera su amor a sí mismo el amor al alcohol. Tiene una debilidad, sin embargo: un niño aspirante a detective que vive en un departamento vecino y suele darle su opinión sobre los casos criminales.

  En las dos temporadas hasta ahora conocidas Bäckström enfrenta situaciones clásicas: aquellas donde la intriga es realmente el tema. En el primer caso, se trata de una persona muerta en dos lugares distintos, separados por miles de kilómetros. Todo comienza con un cráneo perforado a balazos en la costa sueca. La identidad de la víctima resulta ser la de una mujer que ha muerto en un tsunami casi al otro lado del mundo, el cuerpo llevado a una morgue improvisada. En la segunda temporada, el policía parece alcanzado por la maldición de una pequeña joya rusa con la forma del célebre muñeco Pinocho, valuada en millones de euros. Lo clásico no quita lo moderno: intrigas propias del policial de enigma tienen por protagonista a un investigador más próximo a la imperfecta realidad de hoy -incluida la policía- que a la ética de Sherlock Holmes. Aunque en algo ambos se parecen: la arrogancia. En su caso, "mediática" y, como casi todo lo "mediático", más bien circense.

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Film & Arts/Flow


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