domingo, 10 de julio de 2022

"The Umbrella Academy", final: El peligro del eterno anacronismo

 



Los hermanos Hargreeves se han multiplicado y sus caracteres se han intensificado en la tercera y última temporada de The Umbrella Academy.  Ahora son doce -más una agregada-, divididos por precisamente una división o desvío o circunferencia del tiempo, la cual ha creado la academia Sparrow, cuyos justicieros se alojan en la misma antigua y claroscura mansión en que vivían los otros hermanos. Pero la segunda tanda no es una réplica de la primera, estos seis (o siete, si se considera un cubo flotante dotado de poderes) son distintos, ambiciosos (salvo una), correctos, crueles y oscuros, a diferencia de los anárquicos seis hermanos originales, adoptados todos por sir Reginald Hargreeves cuando sus madres los parieron el mismo día a la misma hora, sin haber estado embarazadas hasta unos minutos antes. Este nacimiento fantástico es la petición de principios básica para considerar la serie como un proyecto sin ninguna pretensión de verosimilitud, entendido el término como credibilidad o realismo.

  Los seis hermanos originales, los que más nos interesan, son Luther, tan enorme como ingenuo; Diego, un mestizo con prodigioso dominio de los cuchillos; Allison, una hermosa mujer que hipnotiza mediante el chisme; Klaus, que ve a los muertos y les teme; Five, que puede cambiar rápidamente de posición viajando en el tiempo, y Vanya, la violinista dueña de una fuerza descomunal destructiva, que se convierte en Viktor, después de una crisis de identidad. También los otros están en crisis, especialmente Allison, vengativa y furiosa porque ha perdido su familia en esta trampa del tiempo. El propio sir Reginald es otro, por momentos menos severo. Los seis que que han ocupado sus lugares están guiados por Marcus, un pragmático que pronto desaparece, y cuentan entre sus filas a una manejadora mental de pájaros y un número Dos que puede apelar a poderosos tentáculos ocultos, igual que el desaparecido Ben del primer grupo. Pero de este grupo fraterno nos interesa especialmente Sloane, a la vez la más poderosa y la más amigable; cumplirá un rol fundamental para que la trama no desborde hacia una guerra entre freaks hermanos.

  Expulsados de su mansión, los de la antigua academia Umbrella van a vivir al hotel Obsidian, construido por sir Reginald precisamente sobre un portal del tiempo que le permitió cambiar las cosas, es decir, elegir, en otra línea temporal, otros niños nacidos el mismo día a la misma hora (en total habían nacido 43) para educarlos como justicieros, disconforme con la primera familia que había creado, altamente -diríamos- "disfuncional".

  La decisión de sir Reginald produce un disturbio temporal tal que la realidad va siendo absorbida por un gran agujero negro: paso a paso, todo el mundo va a parar allí, y el último fragmento del mundo es el peñasco sobre el que se levanta el extraño hotel Obsidian, de columnas luminosas y habitaciones oscuras, de estilo antiguo, pero que sugiere un origen digital.

   La cuestión del error de sir Reginald y la destrucción del mundo, o al menos de una línea temporal del mundo, es central, pero más central y oculto es el desarrollo de lo que podríamos llamar "la paradoja del anacronismo simultáneo". Al haber tanta permeabilidad entre líneas temporales, la idea de cosas o situaciones fuera de época (anacrónicas) es imposible: todo es una mezcla de signos y objetos de época, lo cual se refleja en el hotel Obsidian, su arquitectura y su diseño interior. Sir Reginald, un ser ambiguo moralmente -tal vez por ser producto de dos sir Reginald- deberá resolver el dilema valiéndose de las dos tandas de sus hijos adoptivos, antes de que el no-tiempo se chupe lo que queda del mundo.

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