domingo, 17 de julio de 2022

"The Terror", primera temporada: El mar demoníaco

 

El mar, que tanto en los polos cuanto en los trópicos presenta una belleza tal que promovió inolvidables pinturas y fotografías, no corre igual suerte en la literatura de aventuras. Desde la Odisea, de Homero, no solo suscita monstruos, sino una especie de fascinación oscura que destruye el alma de las personas. En plena emoción cientificista, en la época del imperialismo racionalista de Inglaterra, dos libros narraron horrores del mar, uno antes y otro después de la malhadada expedición de dos buques, The Terror y Erebus, en el Ártico. Edgar Allan Poe publicó en 1838 "Las aventuras de Arthur Gordon Pym", su única novela, que parece una involuntaria odisea moderna: desde la blancura del Polo Norte hasta los fantasmas antárticos, todo se tiñe en este libro de tragedia y horror. En 1850 Herman Melville publica la celebrada "Moby Dick", la persecución insensata de una ballena blanca con el lomo sembrado de arpones, en la que parece encarnar un demonio y que termina arrastrando al fondo del mar un barco entero. En 1845 partieron desde Inglaterra hacia el Ártico The Terror y el Erebus, bajo el mando de sir John Franklin, con el fin de explorar y cartografiar un paso del Atlántico al Pacífico a través de los hielos del norte. Los barcos quedaron atrapados por el hielo cerca de la Isla del Rey Guillermo, en aguas árticas canadienses. El destino de los barcos y de los tripulantes se desconoció hasta hace unos años, pese a que, después de su desaparición, se enviaron trece expediciones con el fin de rescatar a los 129 tripulantes (o a los que quedaran vivos). 

  El gran misterio de la expedición no fue la desaparición de aquellos hombres sino cómo habían muerto. Los inuit (esquimales) aportaron datos sobre hombres blancos moribundos y algunos objetos de los trajes marineros, especialmente botones dorados de los uniformes de los oficiales. En ese siglo se encontraron restos humanos. Y, por fin, restos de los barcos, a 169 años de su partida desde Inglaterra. Los vestigios de la expedición permitieron establecer varias causas de muerte: escorbuto, neumonía, disentería y la intoxicación por el plomo con que sellaban entonces las latas de alimentos. Dan Simmons se basó en esos datos para escribir la novela "The Terror", publicada en 2017, en que a su vez se basa la primera temporada (2018) * de la serie del mismo título, una de las más lóbregas en el género "aventuras" de las que se pueden ver por streaming. Entre sus productores ejecutivos se cuenta Ridley Scott, director de la recordada "Blade Runner", un especialista en climas oscuros. Simmons y la serie agregan a las causas de muerte el acoso de una suerte de demonio caníbal, tal vez creación fantástica de los propios tripulantes -no quedan testimonios de su presencia en aquel escenario, salvo relatos de los marinos, trasmitidos a su vez por los inuit-.

  La dura disciplina y el rústico alojamiento para los marineros de los barcos ingleses contrastan con la vida regular burguesa de los oficiales, que usan vajilla esmaltada y casacas con entorchados y se alojan en camarotes espaciosos, en los que tienen whisky y cristalería. Este contraste es también el de la vida civilizada en tierra con el más inhóspito y salvaje de los paisajes del planeta. A fines del siglo XIX, Joseph Conrad le haría decir al narrador de "El corazón de las tinieblas", Charles Marlow: para el marino el barco es su casa. Lo cual implica que celebraba sus rutinas como si no existiese el humor cambiante del mar. Y mucho menos su oscuridad. Sin embargo, Marlow también contará la historia de un demonio. Otra de las historias en que algo tan simple como el comercio llevó a tragedias descomunales. Como se verá en "The Terror", la enfermedad que contamina incluso a los demonios es la de la propia civilización. 

* La segunda temporada es otra historia, que no tiene que ver con la expedición de sir John.

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