Endeavour es el nombre de pila de Morse, quien hace sus primeras armas en la tradicional ciudad de Oxford en los años sesenta. El viejo truco de incluir noticias de radio o televisión reales -el asesinato de Luther King, por ejemplo- no da la única nota de época. El cuidado de ropa, autos, mobiliario y ambientes logra los mejores efectos. Los casos son enredados y superpuestos, como si la sociedad hubiese creado varias capas más de ocultamiento y dificultad para que no aflore el crimen. Los modos en que la verdad se escurre una y otra vez hacia sus cavernas tal vez se imaginen más propios de fines del siglo XIX y los comienzos del siglo XX, cuando aún prevalecía el recato, e incluso la justicia, pero curiosamente se acentúan en la descarada época en que presidentes y líderes sociales son fulminados a plena luz del día. Estamos en Oxford, es verdad: una joya de la vieja Inglaterra. Por eso mismo, impresiona que una venerable pero relativamente pequeña ciudad encubra tanta violencia. La morgue del doctor Max DeBryn da cuenta de ello, y lo muestra de modo discreto pero no menos impresionante. En las calles ya hay un ambiente distinto al de los claustros universitarios: la neo-modernidad (se nos permita la extravagancia lingüística) asoma en el pulso sesentista, cuando el mundo comienza a conocer autos más rápidos, guerras localizadas y también rápida transmisión de las noticias. En resumen, todo se hace más ligero. Incluso la moral y la muerte. También llega la "sociedad del espectáculo": la quinta temporada mostrará el arribo de Hollywood para filmar una película de terror (con ella llegará el terror real) y hay una sesión de fotos en una base militar que termina del modo previsible para un policial.
Endeavour es aficionado a las palabras cruzadas y a la botella de whisky, no parece tener otros entretenimientos, pero tiene una buena cultura. Su mentor, el inspector Fred Thursday, menos culto, es sin embargo uno de los pocos que todavía usa sombrero borsalino y fuma en pipa. Por el apellido, parece un homenaje a Gilbert Keith Chesterton, autor de "El hombre que fue Jueves" e inventor además de otro detective legendario, el padre Brown, distinto a Thursday, porque es aficionado y usa sotana. En la sexta temporada lo peor del siglo llega a la comisaría del Valle del Támesis: la corrupción y el delito sin alma.
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Film & Arts/Flow
1 comentario:
Me gusta esta serie, sobre todo los guiños a las series Morse y su continuación Lewis.
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