miércoles, 12 de enero de 2022

"Quédate cerca": Los fantasmas de un cabaret en el bosque

 


"Quédate cerca" (2021), la serie inglesa de ocho capítulos, basada en el best seller del estadounidense Harlan Coben, fue tachada de "inverosímil". Sería inverosímil que una ex bailarina de cabaret acosada por un maniático haya adoptado una nueva identidad, se haya casado y tenga tres hijos, con un pasar más o menos feliz. Si lo improbable invalidara un relato, quedarían fuera de la literatura una enorme cantidad de libros, desde "Viaje al centro de la Tierra" hasta "Los tres mosqueteros", por no hablar de "Frankenstein", los cuentos de fantasmas y casi todo el género policial. Lo que sucede es que el verosímil es lo parecido a la verdad, no a la realidad. Y en tanto un relato sostenga su propia verdad, es verosímil. 

"Quédate cerca" comienza a ser narrada con cierto desapego por el misterio. Por ejemplo, la primera aparición del pasado en la vida de la protagonista, ahora llamada Megan Pierce, antes conocida como Cassie, no parece siniestra ni amenazadora, pese a la reacción panicosa de Megan. Se trata de una mujer que viene a decirle que un fantasma volverá a su vida. Alguien que se creía muerto. Es una cuestión de manejo de climas, pero el relato no sufre por esto.

Enseguida acontece un regreso del pasado en diversos frentes. La desaparición de un hombre en el bosque cercano al local nocturno donde trabajó Megan/Cassie evoca en el detective Michael Broome un crimen sucedido en la misma fecha pero 17 años antes. La frondosa intuición del detective le hace suponer una relación entre estos hechos. Más tarde, tendrá elementos para imaginar un asesino serial que mata a lo largo de los años en fechas aproximadas. Todo sucede en torno al cabaret, es decir, en el bosque. En medio del cual hay una enorme escultura que representa la cabeza de un hombre dormido.

Aquí el ambiente de misterio comienza a conformarse. Y misteriosos no son solo la causa y el autor de los asesinatos sino las relaciones extrañas de los acontecimientos. También una hija de Megan correrá por el bosque, perseguida por un drogado y otros sucesos remitirán siempre a ese punto sombrío. En tanto, el pasado arrojará un auténtico amante a la vida de Megan. Será del fotógrafo Ray Levine, que la adoró al punto de hacer de ella un ícono fotográfico, pero está implicado asimismo en escenas oscuras en el bosque. Por su parte, Broome, acompañado por la sensatez de su ex esposa -que sigue siendo su partenaire policial-, termina enamorado de la mujer misteriosa del comienzo, que es la propietaria del cabaret. Y allí pierde la perspectiva por un buen rato.

Personajes laterales como una pareja de jóvenes asesinos de estilo Barbie y Ken, que ensayan coreografías antes de torturar y matar a sus víctimas, o el adicto abogado de causas perdidas Harry Sutton, agregan un condimento de delirio y extrañamiento al relato. No está mal. Al final, la teoría inicial de Broome se confirma de una manera realmente inesperada.

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