martes, 11 de mayo de 2021

"The Nevers", "Sombra y hueso", "El legado de Júpiter", "Lugares muertos": Vuelven los poderes extraños

 

Los seres con superpoderes, una estirpe originada en la ciencia-ficción, fueron cambiando desde la creación de Superman en la década de los 30, el primero de los grandes superhéroes del mundo DC Comics. Marvel compitió desde siempre con la DC imaginando superhéroes más realistas, algunos marginales, incluso delincuentes, hasta formar también su dream-team de hombres y mujeres dotados de fuerzas extraordinarias, que van desde la vieja y querida telepatía a electrificar seres vivos o golpearlos de modo tal que viajan kilómetros en el aire. Todos ellos se relacionan mal con su poder, o prefieren olvidar que lo tienen o son cuestionados por los daños colaterales que provocan cuando quieren hacer justicia. Una de las mejores creaciones del mundo Marvel ha sido Jessica Jones, imaginada por Brian Michael Bendis. Sus puños pueden enviar muy lejos a sus enemigos, destruir un muro o reducir un auto a chatarra, pero Jones ha dejado el traje de superheroína e intenta vivir como detective privada, le da fuerte a la botella y tiene una oficina polvorienta como los detectives de la serie negra estadounidense. Marvel fue la primera en percibir la relación conflictiva que seres físicamente superdotados tendrían con el mundo, en gran parte gracias a uno de sus mejores escritores, Stan Lee, el inventor de Hulk, los Cuatro Fantásticos, el Hombre Araña y Daredevil, entre otros. Marvel terminó erigiendo un nuevo universo, no ya de héroes, sino de mutantes que tienen habilidades extraordinarias cada vez más complejas. Los X Men fueron agrupados en dos bandos, uno dirigido por el profesor Xavier, que  ha creado una institución destinada a formar a los mutantes en el bien y lograr que se integren a la sociedad. El otro, liderado por Magneto (no Magnetto eh), quien prepara a sus muchachos para devolver con hostilidad la hostilidad del sistema. Pero los mutantes son, en el mundo X Men -que como casi todos los mundos del cómic pasó al cine- un problema social y político de alto vuelo. La saga incorporó a Wolverine, un mutante con "capacidades mejoradas", un hombre lobo canadiense dotado de garras de metal, el más popular, quizá, de los X Men.

  Heredera de la noble tradición de los mutantes rechazados por la sociedad es la recién estrenada "The Nevers", de HBO. Aunque quizá se trate de mutantes inducidos, esto es, provocados por una incursión extraterrestre. En la serie, las llamadas The Touched son mujeres mutantes en el mundo victoriano. Joss Whedon, un escritor de Marvel, y también de la DC, es el responsable de esta ocurrente visión en la que mujeres inglesas, casi todas de la clase obrera, producen asombro y rechazo por sus poderes -¿los llamaremos "capacidades diferentes"?- que van desde la lectura del futuro hasta la manipulación del fuego. Entre ellas también hay una giganta y un hombre, dotado de la capacidad de curar con sus manos. Whedon salió del proyecto el año pasado y desde enero de este año la guionista principal es la británica Philippa Goslett.

  Una especie humana en mutación es la que comienza a reemplazar el mundo de los vengadores enmascarados, seres que generalmente van por los techos, hombres y mujeres de doble vida. La buena conciencia agregó otro problema para los justicieros: si actúan por las suyas, de hecho están fuera de la ley. El peso de esta legalidad se hizo sentir en las nuevas historias de los grandes héroes estadounidenses de la DC, empezando por Batman, y les creó conflictos. Marvel ya sabía esto desde hace tiempo y prefirió poner el foco en otra cuestión: los daños materiales que ocasionan, que los hacen indeseables, al mismo tiempo que aclamados, hasta desembocar en la cuestión del rechazo segregacionista y el intento de manipulación genética que intentan el Pentágono o la CIA, un tema ya tradicional del cine de entretenimiento.

  En medio de un regreso de los superdotados conflictivos, tenemos también el de los dotados de un poder especial de origen místico. Esta es la otra estirpe, proveniente de la imaginación mitológica, no de la ficción científica. Y aquí entra Netflix con el reciente estreno de la estadounidense "Sombra y hueso", basada en las novelas de la escritora israelí Leigh Bardugo, que lleva vendidos millones de ejemplares en el mundo. Es una producción de Laps Entertainment, responsable con Netflix de series fantásticas, como "Stranger Things", entre otras. Hay quien piensa que "Sombra y hueso" puede llegar a igualar el éxito de "Juego de tronos". Veremos. Se trata de mundos imaginarios, de los que hemos conocido muchos en cine y series, y de seres que tienen un poder arcano. Por ahora, solo podemos apreciar la originalidad del escenario en que discurren los acontecimientos: un país en guerra, Ravka, que imita la Rusia imperial del siglo XIX, tal vez. Un territorio nevado y dividido, embarcado en una guerra de fusiles de un tiro y caballería. Pero tenemos aquí una zona de sombra poblada de monstruos, que a su vez parte en dos el escenario físico. El origen de esta zona está en la penumbra, justamente, pero se aclara en la primera temporada. También podremos ver que la protagonista, Alina Starkov, una cartógrafa militar, descubre el inmenso poder del que es portadora.

  Pero esto no es todo. Netflix también propone una revisión del mundo de los superhéroes con "El legado de Júpiter", basada en la historieta del mismo nombre de Image Comics, de 2013. Aquí el propósito de discutir dos concepciones del heroísmo es tan explícito como el contraste de los trajes de los superhéroes clásicos, basados en mallas y corazas blancas, azules y rojas -seres notoriamente de cuentos de hadas modernos-, con la sociedad "realista" en la que actúan, en la que los hijos superdotados rechazan el camino de los padres o no creen ya en sus códigos morales. Del mismo modo son contrastantes el presente y el pasado de los viejos superhéroes en los años treinta y cuarenta, que se cuenta en paralelo. Hay que decir que lo de los trajes está tan ridículamente exagerado que uno no sabe si pensar que es irónico o precisamente ridículo.

  Por último la vieja y querida narración de brujos y aparecidos retorna en Netflix con la serie sudafricana "Lugares muertos". Es la historia de un escritor que ganó mucho dinero con relatos sobre su poder de hablar con los difuntos, que adquirió cuando era un chico. En esa edad perdió a su hermana en un túnel de los que drenan el agua de las tormentas en las afueras de Johannesburgo. Vuelve de Londres con el propósito de revisitar ese escenario trágico de su infancia y esclarecer de una vez la desaparición de su hermana. Pero lo meterán a detective del Más Allá algunos acontecimientos extraños en Ciudad del Cabo y en su ciudad natal. Contará como chofer con un ex policía malhumorado, presto a disparar antes que a conversar con seres reales o espectros. La serie es modesta en sus intenciones, y redonda su primera temporada, lo cual debe destacarse y agradecerse en el mar de series con temporadas inconcluyentes. Hay en esta historia seres sobrenaturales que a veces recuerdan los del cine clase B de los años 50, pero de entrada la narración asimila el clisé: ante la vista de una casona abandonada a la que asisten para cumplir una de sus misiones, el chofer malhumorado murmura: "Una mansión tenebrosa en una colina, vaya clisé", a lo que el escritor detective responde: "Lo dice el ex policía alcohólico". También está la influencer que investiga casos naturales o sobrenaturales para su canal de YouTube. Un elenco de personajes previsible pero muy funcional.


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